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Repasa cómo el Real Madrid se hizo con su octava Supercopa de España
El Santiago Bernabéu volvió a vivir una noche mágica, ese tipo de noches que han hecho del estadio de Chamartín un lugar especial. El Real Madrid, aupado por el apoyo de su público, superó todas las adversidades posibles y se hizo con su octava Supercopa de España, que hace de los blancos el equipo más laureado en lo que al torneo entre campeones se refiere al superar al Barcelona. Realmadrid.com te cuenta todo lo sucedido: El partido, la celebración, las impresiones de los protagonistas…¿Te lo vas a perder?
Alzarse con la Supercopa de España no era una empresa nada fácil para el Real Madrid. Los blancos cayeron derrotados por tres goles a dos en el partido disputado en Mestalla y en frente tenía a un Valencia recuperado tras una mala temporada, pero con el que habrá que contar, y mucho, de cara a la presente.
Antes de la disputa del partido, al que también asistió el seleccionador nacional Vicente Del Bosque, Ramón Calderón hizo entrega en un acto privado producido antes del encuentro de la insignia de Oro y Brillantes del Club a Iker Casillas, Sergio Ramos y Rubén De la Red en reconocimiento por la victoria de los tres jugadores madridistas en la Eurocopa con la selección española.
Todo parecía poner en contra del Real Madrid. Pero ni el gol de Silva, ni la expulsión de Van der Vaart amedrentó la ambición madridista. Van Nistelrooy empató el partido de penalti, pero poco después abandonó el terreno de juego por doble amonestación, pero ni siquiera el hecho de jugar con nueve hizo que los blancos perdieran la fe, y al fin y cabo en ocasiones esa fe consigue mover montañas. Eso fue precisamente lo que hicieron los hombres de Schuster, con una segunda parte llena de casta, coraje y garra que hizo que en vez de nueve pareciera que había quince hombres vestidos de blanco sobre el césped del coliseo madridista. Llegó el gol de Ramos, el que ponía por delante al Real Madrid en la eliminatoria. Tras él, De la Red e Higuaín también se sumaron a la fiesta.
El gol de Morientes no haría más que dar emoción al partido hasta el final, pero finalmente la Supercopa se quedaba en Madrid. El encargado de recogerla era, como no, el gran capitán. Raúl González levantó su enésimo título y dio comienzo a una gran fiesta de celebración alrededor del terreno de juego para brindar el primer título de la temporada a una afición que nunca bajó los brazos y demostró estar a muerte con su equipo.
