
Los blancos sumaron su segunda victoria consecutiva en Champions al vencer 2-1 al Zenit
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Victoria fundamental en Rusia; se rompe la mala racha europea fuera
De nuevo Van Nistelrooy se convirtió en el goleador de la noche y de nuevo fue talismán para que el Real Madrid lograra la victoria. Un gol de Hubocán (en propia meta) y otro de Van Gol se tradujeron en los tres puntos de un partido fundamental para las aspiraciones de los madridistas en Liga de Campeones. El próximo 21 de octubre los blancos visitarán a la Juventus en Delle Alpi, donde una victoria casi aseguraría el pase matemático a octavos de final.
Con la única novedad de Higuaín por Raúl en el once inicial, saltó el Real Madrid al césped del Estadio Petrovsky. Como ya anunció Bernd Schuster, el partido comenzó con mucho ritmo, velocidad y la previsión de que los más de 20.000 aficionados presentes iban a disfrutar del espectáculo. Sabedor de que el factor cancha en Liga de Campeones es más que importante, el Zenit salió con mucha fuerza, intentando avasallar al Real Madrid. Suya fue la primera ocasión del encuentro que se marchó por la línea de fondo sin mayor peligro.
Pero iban a ser los madridistas los primeros en llevarse la alegría. Un corner votado por Van der Vaart desde la derecha, y Hubocán abrió la lata con un gol en propia meta (3’). Con el marcador a favor, el conjunto blanco empezó a sentirse más cómodo sobre el terreno de juego, en perfectas condiciones, y las ocasiones siguieron llegando. De la Red deja un balón en la línea para que Van Nistelrooy busque el remate, pero falla en el remate tras resbalar (6’).
La reacción del Zenit no iba a hacerse esperar. Con un gol en contra y en casa, los rusos tenían que intentar remontar el marcador para lograr sus primeros puntos en Liga de Campeones. Los de Advocaat no tardaron en poner en marcha su maquinaria y empezaron a crear peligro en la meta de Iker Casillas. En tímidos acercamientos sin apenas peligro, el equipo ruso buscaba pillar a la contra al Real Madrid, que durante toda la primera mitad se mostró seguro en defensa y ordenado sobre el césped del estadio Petrovsky.
Una jugada de Sirl por la banda derecha terminó con el balón paseándose por delante de la portería madridista (18’) en la jugada previa al gol ruso. Un centro desde la izquierda de Arshavin llega a los pies de Danny, que remata superando a Heinze (24’) y batiendo a Casillas. Pero el Real Madrid no perdió la concentración y siguió buscando el segundo gol. En la jugada siguiente Van der Vaart trata de sorprender a Malafeev, pero el balón queda muerto dentro del área cerca de Van Nistelrooy, que con un disparo cruzado logra el segundo para los de Schuster.
Y si en la primera parte el Zenit de San Petersburgo había salido con fuerza, en la segunda la intensidad subió de nivel. Los rusos buscaron el empate por todos los medios pero el Real Madrid mantuvo el nivel de la primera parte evitando por todos los medios las embestidas de los rusos pero sin olvidar su principal virtud: el ataque. La jugada más peligrosa de los primeros minutos de la segunda parte llegó en las botas de Robben que, tras robar un balón en el centro del campo, se sacó un disparo desde treinta metros que salió rozando el poste de la portería de Malafeev (55’).
El partido cambió totalmente en la segunda mitad. El dominio del balón y del centro del campo pasó a manos del Zenit, que acorraló al Real Madrid en su área convirtiendo a la defensa madridista en protagonista. Primero Cannavaro y después Pepe hasta en dos ocasiones, despejaron sendos balones que podrían haberse convertido en el empate de los rusos. Iker Casillas, de nuevo providencial, despejó hasta en dos ocasiones un balón de Arshavin que iba directo al fondo de la red. Pero el Real Madrid no sólo se dedicó a defender. En jugadas a la contra, los blancos crearon el mayor peligro de la segunda mitad. Ejemplo de ello fue un disparo lejano de Rubén de la Red desde el pico del área izquierdo que salió rozando el palo (67’).
La intensidad creció en los últimos minutos del partido. La ansiedad del Zenit por lograr el gol del empate hizo que cada vez fueran más peligrosas sus acciones. Un disparo de Arshavin terminó estrellado contra el palo izquierdo de la portería de Casillas (78’). Pero el Real Madrid no iba a dejar escapar una victoria tan importante como la que había ido cimentando minuto a minuto. La efectividad en ataque de la primera parte, sumada a la precisión en defensa de la segunda, hizo que los blancos cosecharan su sexta victoria consecutiva que les sirve para terminar invicto la maratón de partidos (7 partidos en 22 días) a falta de un solo choque (contra el Espanyol el próximo domingo).
Ni el frío, ni la afición rusa, ni siquiera las constantes internadas del Zenit en la segunda parte hicieron perder los nervios al Real Madrid, que se llevó de San Petersburgo tres puntos que le acercan aún más a su objetivo de clasificarse para octavos de final.