Alexis Rolín recuerda sus duelos con Carlitos en Italia. "Enseguida me di cuenta de que era distinto", dice. Repasa sus tiempos de lesiones y de lo que le costó volver. Y revela que nunca antes sintió semejante presión por salir campeón.
La Juventus iba primero, cómodo. Catania también, pero al revés. Y el fútbol es fútbol, justamente, porque en un partido en el que el mejor y el peor se enfrentan la paridad puede ser absoluta. Salvo, claro, cuando aparecen los distintos. Parecía que Pablo Daniel Osvaldo se disfrazaba de estrella cuando el 0-0 era inamovible: tuvo una volea y una chilena que se fueron a 2,5 cm del arco de Andújar. Pero la gloria, cuando no, fue de Tevez. El 10 de aquella Juve aprovechó una pelota que le bajó su ex compañero y actual amigo para correr 15 metros y definir cruzado y perfecto. Alexis Rolín fue quien lo persiguió en la carrera y no pudo alcanzarlo. Pero no fue esa jugada la que al uruguayo le quedó en la memoria. “Me había tocado marcarlo en partidos y enseguida me di cuenta de que es distinto. Me acuerdo que pasó con pelota dominada en la mitad de la cancha y yo lo salí a cortar, porque estábamos mal parados. Le metí con todo y ni se cayó... Fui decidido, le pegué una patada y ni la sintió”, recuerda, con una resignada sonrisa, el bueno de Rolín.
-Vos que lo tenés todos los días, ¿hay alguna manera de marcarlo?
-La verdad es que es complicado, porque además de ser muy habilidoso es un jugador fuerte que no da ninguna pelota por perdida.
-¿En los entrenamientos también trabaja con esa intensidad?
-Sí, es una de las cosas que más me sorprendió. Se entrena muy bien y eso se ve reflejado los fines de semana. En el día a día es al tipo de cosas que uno le presta más atención, al sacrificio y la entrega de un jugador con las características y la técnica de él.
-¿Le hablaste de esa famosa patada?
-No, no se lo comenté. Enfrentar a ese tipo de jugadores es muy lindo y tenerlo de compañero, más.
-¿Eleva la exigencia?
-Sí, por supuesto. Más allá de lo que da dentro de la cancha, dentro del grupo brinda muchísimo.
-¿Es uno más?
-El intenta. Trata ser uno más, pero es difícil porque jugó todo, ganó todo. Es difícil dejar de ser Tevez...
-¿Viste la entrevista con Fantino?
-No, pero sé que viene de un lugar muy humilde y él no cambió. Nos contaba que tiene los amigos de siempre. Eso habla bien de la persona, más allá del jugador...
-¿Vos tenés los mismos amigos de siempre?
-Sí. Cuando tengo libre trato de ir a verlos.
-¿Hace ocho meses que esperabas esto que te pasa recién ahora?
-Sí, porque me tocó llegar en muy mala condición. Entonces se hizo bastante duro los primeros meses debido a las lesiones. Un club nuevo requiere siempre una adaptación, pero a mí lo que más me costó fue el tema físico porque entré en un grupo bárbaro, el cuerpo técnico me hizo sentir muy bien desde el primer día.
-¿Qué te pasaba?
-Creo que fue todo debido a una serie de lesiones que yo arrastraba desde el año anterior. Arrancó con una lesión de hombro y una operación, en la rehabilitación me encontraron otra lesión en el tobillo y me volvieron a operar, entonces estuve casi siete meses sin entrenar. Cuando volví, físicamente estaba muy mal, con un año completo sin pretemporada. Debido a la situación del club se apresuró un poquito la rehabilitación del tobillo, jugué un par de partidos infiltrado sin hacer un acondicionamiento físico. Todo eso tarde o temprano te pasa factura.
-¿Qué pensabas en ese momento?
-De todo un poco, porque un jugador tiene que demostrar lo que vale adentro de la cancha y yo no tenía la posibilidad de hacerlo. Me llegaban comentarios de críticas que en su momento las entendía y las aceptaba, porque no me podía defender de la manera que tenía que hacerlo.
-¿Te sentías en deuda?
-Sí, por supuesto. Con la gente que me hizo llegar al club y conmigo mismo.
-¿Te gusta cómo defiende Boca?
-Sí, la verdad que sí. Es un privilegio jugar en un club que sale a ganar todos los partidos. Debido a los riesgos que tomamos nos atacan y es normal. No creo que Boca tenga problemas defensivos tan graves como los que manifestaban en algún momento. Como nosotros atacamos con mucha gente, a la hora de defender en alguna ocasión quedamos mal parados.
-¿Qué es lo que tienen que mejorar?
-No sé si mejorar, los rivales también juegan, es imposible que en 90 minutos no te lleguen. O que te agarren en alguna jugada mal parado cuando estás atacando con seis o siete jugadores. Me parece normal.
-¿Y en lo personal? ¿En qué nivel estás?
-Creciendo. Espero no haber llegado a mi techo a esta edad, ja. Físicamente todavía me falta. Con la pelota se va a ir dando con continuidad y confianza, cuando esté realmente bien.
-¿Boca tiene una defensa de campeón?
-Es una gran defensa. Defiende bien, los laterales llegan mucho al ataque y lastiman. El equipo en general es muy completo.
-No me digas que sos cabulero y por eso no lo querés decir...
-Es que falta mucho todavía (se ríe). Hablar de campeonato es adelantarse mucho a lo que pueda llegar a pasar. Es el objetivo de todos y sería hermoso lograrlo.
-Vos saliste campeón en Uruguay. ¿En los grupos se percibe cuando están para grandes cosas?
-Sí. Este es bárbaro. Ahora que entré más en confianza me doy cuenta de que es un grupo que se merece cosas buenas.
-¿Cuánto le debés a Gallardo? Vos fuiste a Italia porque la rompiste con él.
-La verdad, tuve un muy buen año con él como entrenador de Nacional. Al equipo le fue bien y eso potencia a los jugadores. Ir al fútbol italiano me sirvió como jugador y como persona.
-No te habrá querido llevar a River, ¿no?
-La verdad no tengo idea. Si hubo algo no me enteré... Pero no cambio haber venido a Boca por nada del mundo. Vine a un gran club en un momento de mi carrera en el que necesitaba esto.
-¿Es cierto que jugaste en todos los puestos de la defensa?
-Sí, de hecho debuté con Carrasco en un clásico de lateral izquierdo, habiendo jugado toda mi vida de central. Esa semana me empezó a probar, siguió y cuando se acercó el fin de semana me di cuenta que ya estaba.
-¿Te la bancaste?
-Sí, en los primeros minutos tuve un poco de imprecisión debido al contexto. Pero ganamos y arrancar así fue muy lindo.
-Por los años que arrastra el club sin títulos, por lo que ganó River y por la gente, ¿sentiste alguna vez tanta presión por salir campeón?
-No, así como pasa acá, no. A mí me tocó entrar en un Nacional que venía de salir campeón, distintos momentos de los clubes. Boca hace un par de año que no lo logra y los clubes grandes tienen la necesidad de ganar siempre. En Nacional ganamos dos campeonatos seguidos y no me tocó vivir esa obligación de ganar.
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