EL ARQUERO DEL CAMPEONATO
Agustín Orion fue el mejor en su puesto, pese a una defensa que no lo protegió y a un equipo que hizo la peor campaña de su historia.
Fue el lunes a la noche, desde Ezeiza: “En el aeropuerto esperando me encontré con un genio, Pablo Prigioni”, le contó al mundo Agustín Orion, en su Twitter, con foto incluida. El arquero de Boca, a punto de empezar sus mini vacaciones (debe reincorporarse dentro de seis días), le bajó la persiana al semestre, olvidable para Boca, desaprobado para la mayoría, excepto para él, quien según las calificaciones Olé fue el mejor arquero del torneo Final, con un 6,38 de promedio.
No puede decirse que haya sido su mejor campeonato en el club, ya que en su debut, en el Apertura 2011, fue piedra basal del equipo campeón invicto, con apenas seis goles en contra en los 19 partidos. Pero cuando muchos creían que Oscar Ustari merecía quedarse con el buzo, Agustín brindó seguridad -atrás de una defensa que hizo agua por todos lados-. Mostró madurez. Y hasta se potenció atajando penales: en el ámbito local, contuvo ante Quilmes e Independiente (además, atajó uno en la Libertadores y otro en la definición copera contra Newell’s).
Con Bianchi, el ex San Lorenzo se ganó el puesto desde la pretemporada. El Virrey decidió respaldar al arquero que era el titular con Falcioni. Incluso, le dio la capitanía que luego le sacó cuando regresó Riquelme, aunque su titularidad nunca mereció discusión. Orion jugó los partidos más importantes, fue cuidado cada vez que el técnico decidió guardar titulares para la Libertadores y no quedó expuesto en equipos suplentes, con varios juveniles o poco rodaje, que se comieron varias goleadas: 6-1 ante San Martín de San Juan, 0-3 de San Lorenzo y 0-4 de Newell’s... De ahí los 29 tantos que Boca recibió en todo el torneo -sólo lo superan Colón y Tigre (30) y Unión (31)-. De hecho, en sus 12 partidos, el 1 mantuvo la valla invicta en cuatro y apenas 11 veces la fue a buscar adentro. Y si no fueron más, se debió a sus inspiradas atajadas que evitaron abultadas derrotas frente a Independiente (17 situaciones) y Godoy Cruz (12), ambas pardas 1-1.
A un año del Mundial, Sabella lo tiene como fija en el trinomio de arqueros que convoca habitualmente, detrás de Romero y Andújar, un tercer lugar que podrían discutirle otros guardametas locales, como Saja, Marchesín, Barovero y hasta el propio Ustari si consigue continuidad. Tal vez por esa razón es que, a los 31 años, se la juega a seguir en Boca, cerca de los ojos de Pachorra, a perderse en algún mercado europeo con poca vidriera, como el fútbol francés.
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Adiós
